Lazkao su pueblo, rodeado de preciosos montes, entre ellos Larraitz, Aizkorri o la Sierra de Aralar, testigos de su infancia cuando en compañía de su padre daba pedales en ellos. Una carrera casi a la velocidad de luz, con veinte años estaba con los que hacía un par de años iba a las cunetas a ver pasar. La victoria en la Bira supuso para el un antes y un después. Llevarse las metas volantes de la Clásica de Ordizia ante sus vecinos, una satisfacción indescriptible.
Su primer contacto con la bicicleta, fue con su padre, los preciosos montes de la comarca del Goyerri, recuerda que solo hacía que subir, cuando se cansaba su padre le ataba una cuerda a su btt a la que apenas llegaba al suelo con los pies y a seguir, ahí y tan brutalmente conoció lo que es sufrir, y así me lo atestigua. Podía haber sido una relación amor-odio, sin embargo la balanza se decantó por esto de darle a los pedales.
Anteriormente a esto, en su familia Gari tiene un tío que montaba en bici, de la épica del bueno de Perurena, con el cual rivalizaba codo con codo cada domingo por la victoria de las distintas carreras. Como anécdota me describe que su tío y sus compis de aquellos tiempos se iban a correr a la otra punta del país, solo con el dinero justo para la gasolina de ida, gracias a los premios podían regresar a casa, casi nada en los tiempos que corren,mejor que no vuelvan.
Antes de meterse de lleno en esto del ciclismo, probó como otros muchos ciclistas en juventud varios deportes, atletismo, fútbol y baloncesto. Hasta que en benjamines empezó una relación con la bici que le ha llevado hasta estos días. Poco tiempo estuvo en las categorías inferiores, su carrera ha sido fulgurante, los resultados no tardaron en llegar, practicamente todos los fines de semana estaba en la pomada, entre su competencia estaban por esas fechas los Jon Izaguirre, Durán, Landa, Julen González y siempre manteniendo esa regularidad.
Todo ese trabajo tuvo su recompensa y vino acompañado por esa prestigiosa victoria en la Bira del 2008, al año siguiente obtiene el sub-campeonato de España de crono. Desde que empezó y hasta su paso a sub-23 estuvo con el Caja Rural de Ordizia y le siguieron sus dos años en sub-23 en el extenguido Azpiru.
A mi pregunta si se merecía dar el salto con veinte años, Gari me comenta, que los resultados están ahí, en juveniles lo ganó casi todo, en sus dos años de sub-23 también ha estado ahí arriba, no contaba con ello, le veían algo alocado, mucho por aprender y sin embargo los que si deben de decidirlo apostaron por él. Sabe y es consciente que para nada esta hecho como ciclista, falta mucho para eso, en su primer contacto con el profesionalismo en el año recién terminado (2010) era lo esperado. Las primeras carreras apenas podía aportar al equipo, ya era consciente de ello, su entorno ya le dijo las penurias que se pasan. Sin embargo a medida que la temporada iba transcurriendo supo adaptarse mentalmente y fisicamente a ello. Solo ha pasado un año, tiene ganas de ponerse de nuevo un dorsal a la espalda para ver entre otras cosas si el cuerpo ya comienza a adaptarse a ello.
Su carácter y su hacer dentro del pelotón poco a poco lo van limando, es inquieto, nervioso, le cuesta mantenerse en cabeza o como se suele decir mantener esa posición, guardarse del viento, gastar lo menos posible. Gracias al equipo y los compis que ante todo le cuidan, le miman, para ese y otros aspectos ir puliéndolos y así lograr esos éxitos de los cuales muchos esperan de él.
Gari en muy poco tiempo ha visto pasar varios sueños realizados por delante suyo, uno de ellos, aparte de lograr ser pro. fue hacer un buen papel y fruto de ello subir al podium de la Clásica de Ordizia, se llevo las metas volantes en la carrera cerca de su Lazkao natal, practicamente corriendo en casa, ni en sus mejores sueños. Hablando de sueños, sorprende que no tenga muchos o ninguno cuando le pregunto, quizás su mayor sueño y lo veía tan lejos era el ser pro. y al conseguirlo puede dar la sensación que esté falto de ellos, nunca más lejos de la realidad, para este 2011 me apunta poder correr la Vuelta al País Vasco, sin duda la gran carrera de su tierra.
Un punto de inflexión en su corta carrera como ciclista fue la victoria en la Bira, en ese momento se dió cuenta que para lograr eso y más era necesario mucha entrega y esfuerzo, muchos sacrificios y cuidarse como él que más. Por delante tiene la confianza de su actual equipo con un contrato de dos años, sin dormirse en los laureles pero con el hecho de una cierta tranquilidad que le da tener el respaldo de sus directores.
Su gran sueño cumplido, de ver pasar cerca de su pueblo natal Lazkao la caravana ciclista de la Vuelta al País Vasco del 2007 y ver como el incombustible Jens Voigt se llevaba una victoria o ir a los Pirineos a ver el tour con la familia, o que un ciclista le regalase una gorra firmada a estar entre ellos en muy poco tiempo, casi sin dicho tiempo para digerirlo. Difícil encontrar los palabras, consciente de que muchos que se lo merecían se han quedado por el camino. Seguir disfrutando de dicho sueño alcanzado pero también consciente de que no se puede dormir.
Sus principales apoyos son su familia, su tío (el que mencione anteriormente) y sobretodo su preparador de toda la vida, él significa mucho más que un simple preparador, es su confidente, su amigo. Le gustan las carreras donde el sufrimiento es agónico, viene de serie con su forma de ser y ver este deporte ´De pequeño ese sufrimiento ya lo entrenaba con creces en los empinados montes de Lazkao, sus llantos en aquellos días le han servido para los de hoy. En su corta carrera en amaters se veía bien subiendo largos y duros puertos, pero cuando estás en pros. y sobretodo el primer año ni subes, ni bajas, ni llaneas.
Esas dudas que podía haber en su debut y preguntadas por ellas Garikoitz no duda en su respuesta, ninguna, el tiempo y los años dirán si sirvo para esto, por delante tengo mucho trabajo y no dejar de intentarlo me recalca. Entrena solo, no le desagrada, aunque comparte horas con un amaters Jon Oira, con el cual guarda buenas migas. Sus ídolos son Alexander Vinokouroz, Rafa Nadal y atletas de gran fondo.
Y para terminar su otra pasión es el monte, su pueblo está rodeado de ellos y su magia le engancha, siempre que su profesión se lo permite disfruta y vive de ellos.
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